martes, 25 de marzo de 2014

¿Cómo medirás tu vida?

Para esta ocasión hemos escogido sintetizar el libro: "How will you measure your life?"escrito por Clayton M. Christensen.

Aunque aparentemente el libro trata de un asunto de crecimiento personal y filosófico, tanto el autor como los coautores son profesores de Harvard y han sido consultores de empresas. Clayton también fue el ganador en 2011 del premio "Thinkers50 Innovation Award".

El libro plantea una serie de teorías de administración que han demostrado ser efectivas en empresas para lograr el éxito. Estas mismas teorías pueden, y deben, ser aplicadas en forma personal, para lograr el objetivo que en el fondo todos estamos buscando: ser felices en nuestras vidas.

How will you measure your life?

Síntesis y traducción de Carvallo Consultores al libro escrito
por Clayton M. Christensen en conjunto con
James Allworth & Karen Dillon

El poder de las teorías en nuestras vidas
Las personas suelen pensar que la mejor manera de predecir el futuro es coleccionando cuantos datos sea posible para tomar una decisión. Eso es como manejar viendo sólo por el espejo retrovisor, porque los datos disponibles son únicamente del pasado. Mientras que la información y experiencia suelen ser buenos maestros, hay ocasiones en la vida en las que simplemente no sirve aprender algo por haberlo realizado. Es entonces cuando las teorías pueden resultar muy valiosas; explican lo que ocurrirá, aún antes de la experiencia.
Lo que nos mueve
Lo que nos hace movernos es el balance entre dos factores, los incentivos y la motivación, lo que permite que amemos y odiemos simultáneamente un trabajo. En el primer lado de la ecuación están los factores higiénicos, que si no están presentes, nos causará insatisfacción; pero no por estar presentes amaremos nuestro trabajo. Estos son los incentivos económicos, el estatus, la compensación y la seguridad. Lo que nos hace amar lo que hacemos son los motivadores, que incluyen: el reto, el reconocimiento, la responsabilidad, el logro, el aprendizaje, ser un jugador clave de un equipo y el crecimiento personal. Sentimientos de que estás realizando una contribución significativa.
El balance entre lo calculado y lo casual
En los 60`s, Honda decidió incursionar en el mercado americano de motocicletas, dominado principalmente por Harley-Davidson. Su estrategia deliberada fue entrar con motos similares, a mitad de precio. Fallaban por las grandes distancias de EUA, y los distribuidores no tenían la capacidad de arreglarlas, por lo que se enviaban a Japón, a un alto costo. Simultáneamente, envió a Los Ángeles unas cuantas motos pequeñas, las Super Cub, que se usaban en Japón para entregas en caminos rurales. Un día, un comprador de Sears le solicitó a un empleado ponerla en el catálogo. Las Super Cub se vendieron a un nuevo grupo de compradores mucho más grande que los tradicionales, y el resto es historia. Honda cambió su estrategia deliberada por la emergente de las Super Cub.
Los problemas y oportunidades no previstos en las estrategias deliberadas, hacen que pueda emerger una nueva estrategia mejor que la original. El éxito consiste en estar atento a las oportunidades que van emergiendo y saber cuáles pueden llevar al logro del objetivo último, que en el caso como persona es satisfacer los factores higiénicos haciendo lo que nos hace felices.
Tu estrategia no es lo que dices que es
Puedes decir que tienes una estrategia para tu vida, que entiendes lo que te motiva y que tienes un balance entre tus aspiraciones y las oportunidades inesperadas. Pero a final de cuentas esto no quiere decir nada si no lo alineas con la forma en que utilizas el tiempo, el dinero y tu energía. Una estrategia real es creada por medio de cientos de decisiones diarias sobre dónde gastamos nuestros recursos. Hace más de una década fue fundada SonoSite para producir pequeñas máquinas de ultrasonido para uso médico. Su principal producto fue una máquina del tamaño de una laptop llamada Titan. Crearon otra más pequeña, menos sofisticada y a una tercera parte del precio, llamada iLook. Kevin Goodwin, el CEO, se dio cuenta que si ellos no vendían el iLook, alguien más lo lanzaría al mercado. Para revisar de primera mano cómo estaban respondiendo los clientes al nuevo producto, Goodwin fue con un vendedor a visitar un cliente. El vendedor ofreció el Titan y mostró todas sus capacidades. Goodwin en tres ocasiones presionó para que el vendedor mostrara el iLook, pero en las tres fue ignorado. El vendedor estaba haciendo lo que la compañía quería que hiciera, vender el producto de mayor precio y utilidad, ya que su comisión por un Titan equivalía a la de cinco iLook. Aunque la estrategia fuese ganar mercado, el sistema de compensación decía lo contrario. Esta paradoja de asignación de recursos también se da en forma personal, cuando la decisión correcta para el largo plazo no hace sentido en el corto, cuando vender a un cliente hoy es perjudicial para mañana.
Encontrando la felicidad en tus relaciones
Los momentos más felices de mi vida han sido aquellos pocos que he pasado en casa en el seno de mi familia. Tomas Jefferson.
Cualquier estrategia es sólo un intento hasta que se asignan los recursos. Todas las personas y sistemas deben estar alineadas para que se asignen los recursos en la dirección que la estrategia determine. De manera personal, tenemos recursos que incluyen nuestro tiempo, energía, talento y salud, y los estamos utilizando para hacer crecer varios "negocios" en nuestras vidas. Estos negocios incluyen una satisfactoria relación matrimonial, desarrollar buenos hijos, tener éxito profesional, contribuir con nuestra iglesia o comunidad, etc. Muchas personas y compañías enfocan sus recursos a la obtención de los mejores resultados a corto plazo, en lugar de sacrificarlos en búsqueda de un mejor futuro. También sucede en los gobiernos, como en el caso de Medicare en USA, que ningún congresista está dispuesto a cambiarlo y evitar su bancarrota, ya que en el corto plazo perjudicaría a muchos votantes. Al igual que en las compañías, el proceso personal de asignación de recursos es continuo, por lo que suele ser difícil darse cuenta de las opciones correctas. Nos vamos dejando llevar por aquello que presiona más, y no por lo más importante en el largo plazo. Personas que terminaron siendo infelices, de manera bien intencionada quisieron darle lo mejor a su familia, pero sobrepusieron los asuntos para obtener los mejores rendimientos inmediatos -una promoción, un aumento de sueldo, un bono- sobre los que requieren un trabajo a largo plazo, como el desarrollo de los hijos. Cuando los retornos financieros inmediatos llegan, son utilizados para tener un mejor nivel de vida, que a su vez exige mayor concentración de recursos. Invertir tiempo y energía en las relaciones familiares no ofrece el mismo logro inmediato que dedicarse a la vida profesional. Si un día no se va con la esposa al cine, al día siguiente ahí seguirá.
La teoría del buen dinero y el mal dinero
Pocas compañías han lanzado sus productos con tantas fanfarrias como lo hizo Iridium Satellite Network, fundada y manejada por Motorota. Lanzaron sus teléfonos con Al Gore hablando con el nieto de Alejandro Graham Bell. Al interconectarse literalmente a cualquier otra parte del planeta por medio de una compleja red celestial de satélites, evita que si no existe una célula cercana, el teléfono quede fuera del área de servicio. Antes de cumplir un año del lanzamiento, y con una inversión de 6 mil millones de dólares, la compañía tuvo que reconocer la bancarrota. Los factores del fracaso fueron que los teléfonos eran muy grandes porque la pila tenía que ser mayor para sostener la comunicación continua con el satélite, y que existía interferencia con los techos de las casas. 
Lo que llamamos la teoría del buen dinero y mal dinero ofrece la explicación de lo que le ocurrió a Motorola. A nivel básico los inversionistas tienen dos objetivos: crecimiento y rentabilidad. Amar Bhide mostró en su "Origen y Evolución de Nuevos Negocios" que 93% de las empresas exitosas tuvieron que abandonar su estrategia original por no ser viable. Lo que implica que tuvieron éxito porque tuvieron dinero adicional cuando la estrategia original falló. Cuando al inicio de un negocio la estrategia ganadora no está clara aún, el buen dinero de los inversionistas debe ser paciente con el crecimiento, pero impaciente con la utilidad. Esto demanda que se encuentre la estrategia viable tan rápido como sea posible y con la menor inversión posible, de tal forma que los emprendedores no gasten mucho dinero en perseguir una estrategia equivocada. Se concluye que el capital que persigue el crecimiento antes que las utilidades es mal dinero.
Sin embargo, una vez que se encontró la estrategia viable, los inversionistas tienen que cambiar lo que persiguen, ser impacientes con el crecimiento y pacientes con la utilidad. Honda no tuvo dinero para respaldar la estrategia equivocada de las motos grandes, por lo que no le quedó de otra que necesitar el dinero que le brindaba la utilidad de las motos pequeñas y después empujaron el crecimiento.
En la vida personal, la mala inversión es dejarse llevar por las presiones del trabajo y no invertir en las relaciones familiares y de amistad. El problema está en que cuando nos damos cuenta de que tenemos que invertir en las relaciones, suele ser demasiado tarde para empezar. Es muy difícil reparar un matrimonio o las relaciones de amistad, y el tiempo no invertido en los hijos es irrecuperable.
¿Para qué trabajo estás contratando a esa malteada?
Las compañías se enfocan demasiado en lo que quieren vender a sus clientes, en lugar de en lo que los clientes realmente necesitan. Lo que falta es empatía: un profundo entendimiento de los problemas que los clientes están tratando de solucionar. Lo mismo sucede con nuestras relaciones.
¿Qué trabajo necesitan hacer tus clientes, por lo que deciden "contratar" tu producto o servicio? Muchos hemos oído hablar de IKEA, la exitosa compañía sueca que vende muebles económicos que ensamblas tú mismo. En 40 años nadie la ha copiado, y no tiene grandes secretos. Es un completo modelo de negocio muy diferente de una mueblería estándar: la experiencia de compra, la distribución de la tienda, el diseño de los productos y la forma de empaque. Muchos comerciantes están organizados por segmentos de clientes o tipos de productos; su base de clientes la dividen por edad, género, educación, nivel socioeconómico, etc. IKEA tiene un enfoque completamente diferente, está estructurado alrededor de un trabajo que periódicamente los clientes necesitan que se haga. Esta basado en una teoría que he desarrollado con mis colegas, llamada "el trabajo a realizar". La idea es que la causa de que compremos un producto o servicio es que en realidad necesitamos contratar algo para que nos realice un trabajo. Nadie compra porque tiene 18 años, de género masculino y raza blanca. Esto puede estar correlacionado con cierto patrón de compra, pero no es la causa de la compra. En cambio, periódicamente encontramos que surge algún trabajo en nuestras vidas que debe ser realizado, y entonces encontramos alguna manera de que se haga. Si una empresa ha desarrollado un producto o servicio para realizar bien el trabajo, lo compramos o contratamos para el trabajo. Si no encontramos algo que haga bien el trabajo, hacemos que se realice de la mejor forma posible, o desarrollamos una solución. El mecanismo que nos lleva a comprar es: "Tengo un trabajo que necesito que se realice, y esto me va a ayudar a hacerlo". IKEA esta enfocado en el trabajo al que muchos consumidores se enfrentan cuando se establecen en los suburbios: “Tengo que tener amueblado este lugar mañana”. Lo que nadie ha podido copiar es la manera en que IKEA ha integrado sus productos y su distribución de la tienda, que permiten a los clientes hacer todo rápidamente. Parece en contra de toda lógica que las tiendas estén a media hora de distancia, pero realmente esta decisión facilita que las personas obtengan todo en un sólo viaje. El mobiliario está en inventario, tienen un área segura para que los niños jueguen, restaurante, sus productos están empacados de tal forma que se puedan llevar en el auto, y si la compra es grande, entregan a domicilio en el mismo día. Cuando una compañía entiende los trabajos que se presentan en las vidas de las personas, desarrolla los productos y experiencias requeridas en la compra y provoca que la utilización del producto sea para que se realice el trabajo a la perfección, causa que los consumidores "jalen" el producto a sus vidas cada vez que el trabajo le sea requerido.
La teoría del trabajo a realizar se explica mejor en el caso de una empresa de comida rápida que deseaba crecer las ventas de sus malteadas. Después de varios meses de estudios de opinión y mejoras al producto, no tuvieron consecuencias en las ventas ni en las utilidades. Se abordó el problema bajo la siguiente perspectiva: Preguntarse qué trabajo surge en la vida de las personas que las hace venir a este restaurante a "contratar" una malteada. Después de tomar datos bajo este punto de vista, se descubrió que cerca de la mitad de las malteadas eran compradas temprano en la mañana, por personas que iban solas, siendo lo único que compraban y llegaban en coche, llevándose la malteada. Se les preguntó qué trabajo hacía la malteada por ellos, y en caso de no contratar la malteada, qué otras cosas contrataban. Los substitutos fueron plátanos, donas, rosquillas, barras de caramelo, pero la malteada era su favorita. Al analizar las respuestas fue claro que todos los clientes mañaneros tenían el mismo trabajo que realizar: una largo y aburrido viaje al trabajo y necesitaban mantener el viaje interesante. Aún no tenían hambre, pero en dos horas más el estómago empezaría a rugir y los otros productos contratados para el trabajo tenían algún inconveniente. Se desarrolló una malteada más espesa con un popote más delgado que ayudara a durar más la experiencia y mantener entretenidos a los viajeros. Sin embargo, otro grupo grande de clientes eran los niños que iban a comer o cenar con sus papás, quienes les habían dicho a los niños "no" en innumerables ocasiones durante la semana. El trabajo que tenían los papás era encontrar algo no perjudicial a lo que pudiesen decir que sí, y la malteada realiza bien ese trabajo. Pero la nueva malteada para los viajeros duraba demasiado, por lo que los papás se desesperaban y no dejaban que los niños se la terminaran. Para mejorar el trabajo de la malteada para los niños, al contrario de la de los viajeros, debía terminarse rápidamente.
Si te enfocas en entender para qué trabajo estás siendo contratado, tanto en la vida profesional como en la personal, la recompensa será enorme, principalmente con tu cónyuge. Muchas veces, el trabajo que tu cónyuge está tratando de hacer es muy diferente de aquellos que tú piensas. Es fácil hacer suposiciones sobre lo que puede querer, en lugar de esforzarse para entender el trabajo a realizar en su vida. El camino a la felicidad en las relaciones, no sólo es encontrar algo que nos haga felices, sino principalmente encontrar lo que hace feliz al otro y comprometerse a realizarlo siempre. El sacrifico por la otra persona profundiza nuestro compromiso y, a la vez, brinda mayor felicidad.
El barco del tesoro para tus hijos
La siguiente historia muestra que siempre hay cierto daño al utilizar el outsourcing. Dell ha sido uno de los más exitosos fabricantes de computadoras, y parte de su éxito se lo debió a un proveedor taiwanés llamado Asus, quien empezó a suministrarle circuitos sencillos. Sin embargo, Asus fue aprendiendo y ofreciendo a Dell integrarle cada vez más componentes a un menor costo que el interno. El Retorno Sobre los Activos Netos (RONA) de Dell se mejoraba, dado que tenía menos activos y sus utilidades permanecían constantes, por lo que para Wall Street valía más. También el RONA de Asus crecía, ya que aunque sus activos crecían, sus utilidades lo hacían en mayor proporción. El proceso continuó hasta que Asus se quedó desde el diseño de las computadoras hasta la cadena de suministro, esencialmente con todo, excepto la marca. Entonces creo su propia marca. Aprendió todo de Dell.
Aunque los números de Dell se veían bien, lo que no reflejaban era el impacto en el futuro de la compañía. Se necesita conocer qué capacidades se tienen, y cuáles serán críticas en el futuro, de tal manera de no soltarlas a terceros. Los factores que determinan lo que una compañía puede hacer son sus capacidades, que son dinámicas y se construyen a través del tiempo. Éstas caen en una de las siguientes tres características: recursos, procesos y prioridades. Lo más tangible son los recursos, que incluyen personas, equipo, tecnología, diseño de productos, marcas, información y relaciones con proveedores, distribuidores y consumidores. Pueden ser contratados o despedidos, vendidos o comprados, depreciados o construidos. Las organizaciones crean valor, cuando las personas transforman los recursos en productos o servicios de mayor utilidad. La manera en que los empleados interactúan, se coordinan, comunican y toman decisiones es conocida como procesos, y permiten a los recursos resolver problemas cada vez más complejos. Los procesos incluyen las formas en que se desarrollan y fabrican los productos, se investiga el mercado, se hacen los presupuestos, se desarrolla a los empleados, se compensa y se asignan los recursos. Los procesos no pueden ser expresados en un balance financiero. El tercer grupo de capacidades, y quizá el más significativo, son las prioridades. Definen la toma de decisiones, dónde invertir y dónde no, en qué se van a enfocar hoy y qué es lo que van a dejar al final de la lista. Mientras más grande la empresa, es más importante asegurarse que los empleados, por sí solos, tomen decisiones jerarquizadas de acuerdo con la dirección estratégica y el modelo de negocio de la compañía.
Pensar en nosotros mismos como un conjunto de recursos, procesos y prioridades ayuda a evaluar lo que somos capaces de lograr en nuestras vidas y lo que está fuera de nuestro alcance. Si realizas una lista de ellas, habrá fortalezas y activos reales, pero tenemos algunas que nos gustaría fuesen más fuertes, y ya no podemos echar el reloj para atrás. Sin embargo, como padres, tenemos la oportunidad de ayudar a nuestros hijos. El modelo nos puede ayudar a calibrar lo que nuestros hijos serán capaces de realizar, dado el tipo de retos y problemas que sabremos enfrentarán en su futuro. Los recursos de un niño incluyen tanto los financieros y materiales que se le han dado o él ha ganado, como su tiempo, energía, lo que sabe, sus talentos, las relaciones que ha construido y sus experiencias. Dentro de sus procesos están la manera en que piensa, cómo se cuestiona asuntos relevantes, si puede resolver varios tipos de problemas y cómo lo hace, cómo trabaja con otros, etc. El conocimiento que obtiene en un salón de clase se convierte en un recurso; sin embargo, no necesariamente quiere decir que ha adquirido la habilidad de crear nuevo conocimiento. Si puede tomar la información obtenida en clase y con ello crear una aplicación para un dispositivo móvil, o conducir su propio experimento científico, esa capacidad es un proceso. Sus prioridades no difieren mucho de las nuestras: colegio, deportes, familia, amigos, trabajo y fe son algunos ejemplos. Siguiendo con el ejemplo del desarrollo de la aplicación. La computadora y el conocimiento de cómo programar una aplicación para iPad, son recursos. La manera en que pone esos recursos para crear algo novedoso para él y que nadie le ha dicho explícitamente cómo hacerlo, son procesos. Y el deseo de gastar su tiempo en crear la aplicación, para hacer algo único, o por tomar un reto, o para impresionar a sus amigos, son las prioridades que lo mueven. Recursos son lo que usa para hacerlo, procesos el cómo lo hace, y las prioridades el por qué lo hace.
Me preocupa que muchos padres estén removiendo las circunstancias en las que los niños pueden desarrollar procesos. En las casas cada vez “outsourceamos” más cosas habiendo menos trabajo por hacer. Antes hasta tenían su propio huerto y se realizaban conservas. La mayoría de nosotros teníamos un trabajo parcial en verano. Hoy se llena a los niños de actividades, pero no necesariamente aprenden a desarrollar los profundos e importantes procesos como el trabajo en equipo, emprendimiento, el valor de la preparación, la habilidad de desarrollar mejores habilidades, el conocimiento para desarrollar conocimientos más profundos y la experiencia de aprender de sus experiencias. No les planteamos objetivos a lograr, les evitamos problemas que necesitan resolver, de tal manera que adquieran el proceso de realizar trabajos cada vez más sofisticados.
Desarrollar la autoestima, de forma que no tengan miedo de confrontar problemas, sabiendo que son capaces de resolver cualquier cosa, no es fruto de haber recibido abundantes recursos. Al contrario, viene de resolver cosas importantes cuando son difíciles de enfrentar. Algunos de los más grandes regalos que recibí de mis padres no vinieron de lo que hicieron por mí, sino de lo que no hicieron, pero que me enseñaron a resolver, acompañándome mientras lo hacía. Los niños aprenden cuando están listos para aprender y no cuando tú estás listo para enseñarles, por ello hay que estar disponibles para acompañarlos. Los valores los aprenden con el ejemplo, no con las palabras.
La escuela de la experiencia
La idea de que los talentos para desempeñar cierto puesto son innatos, ha probado no predecir el éxito en el trabajo. La lista lógica de criterios para evaluar los candidatos resulta errónea; 25% de las contrataciones son equivocadas. Fue hasta que revisé un trabajo presentado por Morgan McCall, en su libro “High Flyers”, cuando encontré una teoría que puede ayudar a tomar mejores decisiones de contratación. No es que haya personas que nacieron con habilidades superiores, sino que las fueron adquiriendo por experiencias que les enseñaron a lidiar con problemas o situaciones complejas. Bajo la teoría del "equipamiento necesario" (Right Stuff), lo que se busca es que los candidatos tengan alas y plumas, y bajo el modelo de la escuela de la experiencia de McCall, es si realmente el candidato ha volado y bajo qué circunstancias. Esto es, buscar las capacidades de proceso del candidato, un trabajo retador, fallas al liderar un proyecto, una asignación a una nueva área de la compañía. Todo ello se vuelven "cursos" en la escuela de la experiencia que van desarrollando las habilidades necesarias. Los mejores candidatos para emprender un nuevo negocio son los que se han enfrentado a iniciar proyectos en la escuela de la experiencia, a encontrar que la estrategia inicial no necesariamente es la correcta, a adecuarla hasta lograr la rentabilidad y cuando se encuentre buscar el crecimiento. Hay que planear los cursos que se necesitan tomar en la escuela de la experiencia para lograr los objetivos personales deseados.
Como padre puedes encontrar oportunidades para que tus hijos asistan a cursos en la escuela de la experiencia. Motívalos para que se esfuercen en lograr grandes metas. Si no logran el éxito, asegúrate de estar ahí para ayudarlos a aprender la lección correcta: que cuando tienes como objetivo lograr grandes cosas, es inevitable que algunas veces no las obtengas. Anímalos a levantarse, a que se limpien el polvo y vuelvan a tratar. Diles que si ocasionalmente no fallan, es que no se han puesto el objetivo suficientemente alto. Construir la autoestima en los niños no es evitar que pierdan un juego, sino hacerlos pensar cómo podrán hacerlo mejor, de tal manera que adquieran el aprendizaje. Deben tomar sus propias decisiones, enfrentar sus errores, dejarlos que no logren las mejores calificaciones, pero no hacerles los trabajos en la víspera para que no reprueben y de esa manera quitarles la responsabilidad de sus actos. Debes pensar qué habilidades quieres que tus hijos desarrollen, y qué experiencias son las que los ayudarán a tenerlas. Crear las experiencias para tus hijos no garantiza que aprenderán lo que tienen que aprender. Si esto sucede, tienes que descubrir el por qué esa experiencia no logró el objetivo de aprendizaje deseado y probar diferentes ideas hasta encontrar la experiencia correcta.
La mano invisible en tu familia
Como padres compartimos una preocupación común: algún día nuestros hijos se enfrentarán a una decisión difícil y no estaremos ahí para asegurarnos que hagan lo correcto. ¿Cómo podemos asegurarnos que se comporten adecuadamente? La herramienta para hacerlo es la cultura familiar. Las empresas y las familias son muy similares en este aspecto. La cultura de una empresa no es el tipo de vestimenta, o si el café y los refrescos son gratuitos, o si se permite llevar a sus perros. Edgar Schein define la cultura, y cómo se forma, en los siguientes términos: La cultura es la manera de trabajar juntos hacia objetivos comunes que se ha repetido frecuentemente y con éxito, de tal forma que las personas ni siquiera intenten pensar en hacerlo de otra forma. Una cultura es una combinación única de procesos y prioridades dentro de una organización. Los trabajadores simplemente asumen que la manera en que han estado haciendo las cosas es la forma de hacerlo. La ventaja de la cultura en una empresa es que causa que la organización se auto-administre. Si la cultura no es definida deliberadamente, de todas maneras emerge por medio de la repetición de procesos con las mismas prioridades. En las familias pasa lo mismo; sin embargo, la definición y acuerdo es un poco más complejo, porque el padre viene de una cultura diferente a la madre y prácticamente siempre son culturas diferentes, agregando las culturas del entorno en donde se mueven los niños. Se debe lograr entender en conjunto qué clase de cultura se desea para la familia y perseguirla proactivamente. Cada familia tiene su propia cultura, no necesariamente una es mejor que otra, sino que es la correcta para la familia que se desea. Si, por ejemplo, deseamos que nuestros hijos amen el trabajo, debemos encontrar las maneras de trabajar con ellos, haciendo de esto algo satisfactorio, aunque el resultado de hacerlo en conjunto sea peor que si lo hicieran los padres individualmente. Se tienen que ir diseñando actividades de sencillas a complejas para elevar el sentimiento de logro y que se disfrute al realizarlas. Hay que ser consistentes y perseverantes independientemente de las presiones del día con día. No hay duda, la cultura familiar ocurre, ya sea que lo desees o no, la cuestión es qué tanto desean influir en el tipo de cultura que su familia tendrá. Las inquietudes e intereses profesionales de los hijos empezarán a emerger, y seguramente para cada uno serán diferentes, por lo que la cultura familiar debe estar preparada para ello, siendo uniforme en sus dimensiones fundamentales. Esto requiere de vigilancia constante para saber lo que es correcto y lo que no, para cada acción que tome cualquier miembro de la familia. Platicarlo y estar dispuesto a tomar una nueva directriz con la retroalimentación de todos. Cosas tan sencillas como la reacción que se deberá tomar cuando un hijo viene en llanto a acusar un pleito. ¿Cómo vamos a reaccionar?, ¿llamaremos al otro y aclararemos las cosas?, ¿castigaremos únicamente al que consideramos sea el culpable?, ¿dejaremos que lo resuelvan ellos mismos? Cualesquiera que sean las respuestas que se definan deben ser consistentes con el tiempo, aunque después sea necesario corregir el rumbo.
Permaneciendo fuera de la cárcel
El camino más seguro al infierno es el gradual. C.S. Lewis
He ofrecido una serie de teorías para ayudarte a manejar los retos que enfrentarás en la búsqueda de la felicidad en tu carrera y tu vida. En esta parte quiero utilizar una teoría para platicar sobre vivir una vida con integridad. No puedo anticipar todas las circunstancias y dilemas morales con los que te toparás, y los tuyos serán diferentes a los de cualquier otra persona. Lo que te ofrezco aquí es la teoría llamada "pensamiento completo contra pensamiento marginal". La mayoría de nosotros pensamos que las decisiones éticas importantes en nuestras vidas van a llegar con un anuncio de neón que dice: Cuidado, decisión importante. En esos grandes momentos, casi todos haremos lo correcto. El problema es que la mayoría de las veces nos encontramos con decisiones que parecen no contener grandes peligros morales. Tampoco deliberadamente ninguna empresa se deja sobrepasar por su competencia. Cuando sucede es por decisiones aparentemente innocuas tomadas años atrás que marcaron el camino en descenso. La trampa del pensamiento marginal.
A finales de los 90, en EUA, Blockbuster dominaba el mercado de la renta de películas. El negocio era rentar la misma película a la mayor cantidad de clientes posibles. Por ello, si el cliente se retrasaba en regresar la película, la multa era muy alta. A los clientes no les gustaba tener que regresar las películas al día siguiente, por lo que las multas llegaron a representar el 70% de las utilidades. Emergió una pequeña compañía llamada Netflix con una idea innovadora: entregar a domicilio los DVDs. Cobraba una cuota mensual al cliente, por lo que mientras más tiempo estuviese el video en casa del cliente, mejores utilidades tenía Netflix, ya que se ahorraba el envío de la película de regreso y mandar al cliente la nueva película. Netflix empezó a crecer y para el 2002 facturó $150 millones de dólares con un margen del 36%. Cuando los ejecutivos de Blockbuster compararon sus números, decidieron no preocuparse, ya que sus márgenes eran muy superiores y atacar a Netflix les representaría canibalizarse. En 2011 Netflix tiene casi 24 millones de clientes y Blockbuster se declaró en quiebra. El principio fundamental de finanzas y economía que utilizó Blockbuster es evaluar las nuevas inversiones con base en los costos e ingresos marginales que cada alternativa conlleva. Sin embargo, es una forma peligrosa de pensar, ya que evalúa con base en el éxito pasado de la compañía en lugar de en la creación de las capacidades que necesitarán en el futuro. El fracaso muchas veces se encuentra al final del "pensamiento marginal", y se termina pagando el costo total -no el marginal- de nuestras decisiones, nos guste o no. La paradoja está en que las compañías grandes y bien establecidas encuentran costosas las nuevas iniciativas, que las pequeñas empresas sin mucho capital si pueden afrontar. La respuesta es la teoría del costo marginal contra el costo total. Siempre hay dos alternativas para las empresas establecidas, analizar el costo total de hacer algo completamente nuevo, o adecuar lo que se tiene, pareciendo esta opción casi siempre más atractiva. A los nuevos competidores no les queda de otra, si la iniciativa hace sentido, su única alternativa es el costo total. Esto hace que las grandes empresas pierdan competitividad en el mercado. Como dijo Henry Ford, "Si necesitas una máquina y no la adquieres, finalmente vas a darte cuenta de que pagaste el  costo del máquina, pero sin tenerla".
El argumento del costo marginal también aplica al tratar de vivir con integridad, cuando se debe escoger entre hacer lo correcto o algo inadecuado. El costo marginal de hacer algo incorrecto únicamente en esta ocasión siempre parece ser insignificante, pero el costo total típicamente es mucho mayor. La arena política está repleta de ejemplos de personas bien intencionadas que al iniciar a hacer algo incorrecto terminan corrompiéndose por completo. También en los escándalos de Wall Street, en los deportistas olímpicos, reporteros nacionales, etc. Todas estas personas seguramente iniciaron sus carreras con verdadera pasión en lo que estaban haciendo y con las mejores intenciones. Una vez que se inicia haciendo algo incorrecto se empieza a caer en una ruta inconcebible por tratar de ocultar la conducta inicial inadecuada. Muchos de nosotros nos hemos convencido de que somos capaces de romper nuestras propias reglas "sólo en esta ocasión", pero corremos el peligro de acabar siendo la persona que no deseábamos ser. La única manera de evitar las consecuencias incómodas de las concesiones morales es nunca empezar a hacerlas "sólo por esta vez".
El Propósito
Cada compañía tiene su propósito, expresado en sus prioridades y las maneras en que las personas toman las decisiones. Si una organización tiene un propósito claro y convincente, su impacto puede ser extraordinario, ya que sirve de guía, enfocando a los empleados en lo que realmente importa. Así también las personas debemos tener un propósito en nuestra vida. Una declaración de propósito necesita de tres partes. La primera es lo que yo llamo un bosquejo. Por analogía, un pintor suele crear un bosquejo a lápiz de lo que ve en su mente, antes de aplicar los óleos. La segunda es que hay que tener un compromiso profundo con el bosquejo que se está tratando de crear. Y la tercera es una o unas pocas mediciones por medio de las cuales se mida el progreso. El propósito debe ser deliberadamente concebido y elegido, para después darle seguimiento. El cómo se logra es típicamente emergente, tal y como se presentan los retos y las oportunidades. La persona en que te quieres convertir, o cuál es el propósito de tu vida, es tan importante como para dejárselo al azar. Es un proceso, no un evento que puede llevar años entender nuestro propósito.
Compartiré el mío, el bosquejo de lo que yo quería convertirme:
Una persona dedicada a ayudar a que las personas mejoren su vida.
Un marido, padre y amigo amable, perdonador y desinteresado.
Una persona que no solamente cree en Dios, sino que le cree a Dios.
Reconozco que muchos podemos llegar a conclusiones similares, dependiendo de nuestras convicciones religiosas; sin embargo, tu bosquejo sólo será valioso si tú lo pintas. Hay que tener un profundo compromiso en realizar el bosquejo, de esta forma servirá de guía para darle prioridad a nuestras actividades todos los días y dirigirnos hacia lo que debemos y no debemos de hacer. La tercera parte del propósito es entender las métricas bajo las cuales mi vida va a ser medida. Para mí esto fue lo más tardado. En términos de administración: los jefes de la policía necesitan conocer la cantidad de crímenes de cada tipo para saber si su estrategia está funcionando; el director de una empresa no puede saber la salud de la empresa revisando órdenes específicas para clientes específicos, necesita tener valores agregados como ingresos, costos y utilidades. Sin embargo, me di cuenta que Dios no necesita agregar nada, su única medición somos los individuos. Por lo que mientras la mayoría de nosotros medimos nuestras vidas en estadísticas resumidas, tales como el número de personas que dirigimos, la cantidad de reconocimientos que recibimos, el dinero acumulado en el banco, y otras similares, la única métrica realmente importante en mi vida, era la cantidad de individuos a los que he sido capaz de ayudar, uno por uno, a ser mejores personas, mejorando su autoestima, reforzando su fe, aplacando sus molestias, independientemente de las tareas que yo tuviese que realizar.
¿Cómo medirás tu vida?

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