martes, 25 de marzo de 2014

Capital Intelectual

Compartimos con nuestros clientes y amigos la tercera rebanada del pastel para festejar nuestros 20 años de servicios.

En esta ocasión hablamos del activo más importante de cualquier organización: los individuos que la integran. Administrar y desarrollar las capacidades de las personas es un reto que por más que avanzamos, seguimos teniendo pendiente. Si lográramos dirigir un equipo compuesto únicamente por líderes, el crecimiento de la organización y de cada uno de sus individuos sería realmente espectacular.

Es por ello, que consideramos que nuestra principal tarea es mejorar continuamente en el desarrollo del Capital Intelectual. Como una base, en este artículo queremos transmitir nuestro conocimiento obtenido en la experiencia de poder servir a clientes deseosos de seguir creciendo.

Como es nuestra tradición, en el artículo también resaltamos en amarillo lo que consideramos pudiese ser un resumen ejecutivo. Sin embargo, por la importancia del tema, recomendamos su lectura completa.


CAPITAL INTELECTUAL

La dirección empresarial se refiere principalmente a la administración de gente, al buen manejo de equipos de trabajo realizando labores en conjunto, al logro de los deseos particulares de cada individuo y a la optimización de experiencias individuales. Esto ha sido una realidad en todos los tiempos, pero hoy esta buena administración se hace indispensable y es el elemento esencial para la supervivencia en el futuro. Tenemos que tomar en cuenta que tanto clientes, accionistas, proveedores, alumnos, maestros, hijos, padres y empleados somos seres humanos y que por lo mismo queremos ser tratados como entes únicos y que, aunque a veces no nos demos cuenta, nos gusta más crecer profesionalmente que conformarnos con la comodidad de la irresponsabilidad. La verdad es que los negocios son las personas.

Para poder administrar correctamente el capital intelectual, las principales características que debemos conocer del ser humano son las siguientes:
       Para poder retomar el gusto por la responsabilidad se requiere tener los estímulos, sistemas, procedimientos, comunicación, lealtad y ambiente adecuados, aprovechando el deseo de la mayoría de los seres humanos de ser parte activa de un equipo triunfador.
       Todos sabemos qué queremos de los demás y cómo lo deseamos, pero normalmente desconocemos lo que de nosotros se espera y por lo mismo no sabemos cómo responder, por lo que resulta indispensable mantener un excelente canal de comunicación siempre abierto.
       La excelencia es tan relativa que sólo se puede medir por medio del reconocimiento ajeno pero, a su vez, cuando se logra crea un compromiso de superación.
       Cuando se desarrollan personas de calidad total, ellos entonces desarrollan la compañía.
       Las organizaciones de alto desempeño y altas utilidades son aquellas en que la gente ríe y bromea junta; por lo que la responsabilidad más importante que un ejecutivo tiene es asegurar la armonía y felicidad entre la gente de la cual es responsable, creando un clima de optimismo, entusiasmo y alta moral.
       El mejor motivador que lleva al crecimiento es el triunfo, porque ganar refuerza al individuo.

Se cuenta con un gran capital intelectual

El valor que cada persona tiene en su interior es el mayor capital con que cuentan las empresas, pero normalmente ha sido desperdiciado y menospreciado, haciendo que quede oculto aún para el mismo interesado. El principal problema para el desarrollo de este capital intelectual está en la forma de percibir a las personas y su trabajo, por lo que se han realizado sistemas y procedimientos diseñados exclusivamente para que la gente no cometa errores y consideran al trabajo y al puesto de trabajo como algo que debe ser llenado por un algo y no como una actividad que va a ser desempeñada por un ser humano único e irrepetible. Uno debe convencerse y creer firmemente que los demás están tan interesados en el éxito de la empresa como lo está uno mismo. Después de todo, el futuro de cada uno de los que labora en la compañía depende del éxito de su departamento y de su empresa como un todo.

Suele parecer que cuando más se necesitan los talentos quedaron desperdiciados y enterrados en el olvido, aunque los "recursos humanos" con los que una compañía cuenta puedan:
        haber sido cuidadosamente seleccionados;
        haber participado en, al menos, un programa de inducción a la empresa y su entorno, a la utilización de los productos y herramientas y enfocado a la satisfacción de las necesidades de los clientes;
        contar con un cúmulo de experiencia, haber participado en diversos programas de entrenamiento, tanto técnico como administrativo y gerencial; y
        tener buena disposición al cambio gracias a la naturaleza de los productos y servicios que la compañía comercializa y a la constante dinámica de los negocios.

Dejar al descubierto y desarrollar estos talentos escondidos realmente resulta en beneficio general para el individuo, para la empresa y para su entorno. Cada vez son más las empresas que reconocen esta fuerza y otorgan premios e incentivos a los empleados que aportan ideas dignas de ponerse en práctica, aunque éstas no lleguen a cuajar. En Japón es común la participación de todos los empleados; empresas americanas como Dell o 3M han sustentado parte de sus éxitos en las buenas ideas del personal. De hecho, en 3M los empresarios internos generan tal cantidad de nuevos productos que el 30% de sus ventas provienen de productos innovados dentro de los últimos cinco años. La compañía cuenta con un catálogo de más de 60,000 productos que se sigue incrementado.

Cada individuo de la organización debe ser un emprendedor. Ser innovador no sólo es tener creatividad, pues en cualquier compañía los individuos generan más ideas de las que son capaces de implementar. ¿Cuántos proyectos están arrumbados en los archiveros de las compañías sin que se hayan siquiera iniciado? La innovación depende de que las personas enfoquen su trabajo como si fuesen dueños del mismo, aunque trabajen en una gran empresa. De esta forma, el individuo es un empresario que labora en un equipo de trabajo que a su vez es una empresa, que se integra en un equipo de equipos formando otra empresa, hasta llegar al conglomerado empresarial. Existen desde luego decisiones que deben ser tomadas por quien tiene el liderazgo general, el dueño de toda la responsabilidad, y éstas son las que se refieren a la estrategia del conglomerado, contando con la participación del equipo formado por los líderes estratégicos y otorgándole el mayor valor a la información y decisión del contacto más cercano al cliente usuario final. Las decisiones de la cabeza siempre tendrán que ver con el rumbo y enfoque general del conglomerado, así como del desarrollo del capital intelectual que compone su equipo de trabajo. De esta forma, el dueño de toda la responsabilidad se convierte de "jefe" o "patrón", en líder, el cual es seguido por convencimiento y auto compromiso. Esto requiere que la gente que ejecuta el trabajo es quien debe tomar la responsabilidad de mejorarlo, usando toda la información y experiencia que posee. Ver a cada usuario, compañero y, en general, cliente interno o externo como si fuese un valor de retroalimentación por nuestros servicios.

Todas las actividades de la empresa deben estar enfocadas a servir al cliente usuario, por lo que hay que tener cuidado de no desperdiciar tiempo en cuestiones de organización interna o burocratismo. El exceso de personal, en lugar de tener sólo el indispensable, hace que necesariamente se incremente el burocratismo y con él los controles internos. El experto en satisfacción del cliente es el cliente, no el jefe. La tarea del líder es crear el ambiente en el cual los individuos establezcan las mediciones con sus clientes. Se deben determinar en conjunto cuáles son los parámetros y objetivos de un magnífico desempeño, y estar seguro de que todo el personal se dirija hacia ellos, fijando los estándares entre los trabajadores y los clientes con números medibles. Las mediciones son una herramienta poderosísima cuando éstas se establecen entre los trabajadores y clientes. De esta forma, cada cliente nos dirá exactamente qué es lo que espera de nosotros, y conociendo así sus necesidades reales, no invertiremos en asuntos de poca o nula importancia en lo que a satisfacción de los clientes se refiere.

Todo el personal debe saber exactamente qué es lo que se espera de él, cómo se va a medir y la medición de sus resultados en tiempo casi real. El trabajo del líder es ayudar a las personas (no a los "subordinados") a establecer sus propias mediciones en conjunto con sus clientes y, a partir de ellas, cambiar los sistemas para que éstos permitan ser más efectivos.

Este potencial de capital intelectual con el que cuentan las empresas se debe facultar para que se adueñen de sus responsabilidades, enfocados en la satisfacción de sus clientes y medidos por estos mismos clientes en el desempeño de sus actividades. Ya no debe resultar válido cancelar una cita con un cliente porque nos llamó a una junta el "jefe" del "jefe" del "jefe", y es quien decide el sueldo.

Liderazgo centralizado
"Si crees que tienes un buena idea, ¡pónla en práctica!".

Bajo el liderazgo centralizado la gente sólo hace lo que el jefe quiere que haga. Si el jefe quiere jugar el papel de cabeza, los empleados realizan a la perfección su papel como miembros de la manada. Nunca aprenden a cuidarse a sí mismos, puesto que el jefe cuida de ellos. El error está en la forma de pensar del jefe. Este enfoque de delegación no funciona, puesto que sólo se delega el trabajo y se le da seguimiento, pero el jefe continúa tomando todas las decisiones. La gente rápidamente aprende a realizar las cosas "a la manera del jefe".

El más grande obstáculo para el éxito es la imagen del centro de poder del jefe, en la que todos los empleados están siempre esperando pacientemente por el líder para que les ordene qué hacer. Hay que cambiar las imágenes para crear una clase diferente de líder; de tal forma que cualquiera pueda ser líder y sepa cuándo debe serlo, partiendo de los siguientes principios de liderazgo:
        Los líderes transfieren la pertenencia del trabajo a aquéllos que lo ejecutan.
        Los líderes crean el ambiente para la pertenencia, de tal manera que cada persona quiera ser responsable.
        Los líderes asesoran y apoyan en el desarrollo de las capacidades personales.
        Los líderes aprenden rápido por sí mismos y otorgan soporte a otros para que también aprendan rápido.

Y teniendo continuamente presente que:
1.      En muchos casos "yo soy el problema".
2.      El cliente es el jefe, no el jefe organizacional interno.
3.      Se debe pensar estratégicamente. Empezar a ser lo que se debe ser para los clientes (internos y externos) y entonces guiar hacia la dirección correcta.
4.      Es necesario practicar el estilo de liderazgo del capitalismo intelectual. Crear las condiciones bajo las cuales los dueños del capital intelectual (el personal) puedan asumir responsabilidades para satisfacción de sus clientes. Cada uno debe ser líder, antes de que exista un liderazgo efectivo en la nueva organización.
5.      Liderazgo es aprendizaje. Comprender que aprender rápido es la fórmula de la sobrevivencia, y que aprender no quiere decir almacenar información. Maximizar el aprendizaje de cada uno es la clave para el éxito de la organización.

En este mundo de capitalismo intelectual el mayor reto que nos podemos encontrar como líderes es lograr que la gente se olvide de lo que toda la vida ha aprendido sobre cómo eludir las responsabilidades y aprenda el nuevo comportamiento de "Yo soy responsable", "Yo soy emprendedor". Sin embargo, no es cuestión de usar el autoritarismo para abdicar. Si autoritariamente se delegan las decisiones, entonces los subordinados piensan más en cuál es la decisión que tomaría el jefe en esa circunstancia, en lugar de pensar en la mejor decisión que ellos podrían tomar, siendo que en realidad quien ejecuta el trabajo es quien más información tiene sobre el mismo. Para pasar de sentirse impotente a ser un ejecutivo poderoso se tiene que redefinir la situación de tal manera que se pueda tener influencia y control. Hay que aprender a transformarse de víctima a responsable auto preguntándose ¿Qué estoy haciendo o dejando de hacer que causa la situación que no me gusta? El concepto de amo-esclavo debe terminar. Dado que el ambiente es dinámico y ha cambiado debemos desarrollar nuevas reglas para responder a la nueva era que nos ha tocado vivir. Los líderes de una organización son responsables de crear el ambiente que permita que cada persona tome las responsabilidades de su propio desempeño, tomando en cuenta que trabajar en equipo implica necesariamente turnarse el liderazgo.

Para poder mejorar el desempeño lo más importante es saber lo que el cliente piensa que está comprando y lo que le molesta, tanto nuestro como de la competencia. La forma de saberlo es preguntárselo y escucharlo; siendo la persona idónea para hacerlo quien está en mayor contacto con él. Hay que dejar de asumir lo que el cliente piensa y presumir el uso del producto, error cometido normalmente cuando las decisiones son tomadas en la cabeza organizacional. Se necesita estar bien informados, por lo que es conveniente rastrear toda aquella información de lo que creemos pueda afectar a nuestra industria en un futuro y tener reuniones periódicas para intercambiarla, generar hipótesis, confirmarlas con los clientes y decidir el cambio. Todos en la compañía deben estar enfocados en identificar las demandas y necesidades futuras de los clientes, de tal manera que estén preparados cuando el futuro se vuelva presente. Es imperativo confrontar a las personas directamente con las realidades del mercado; es una equivocación protegerlas de las verdades económicas.

Los individuos solemos ser más exigentes con nosotros  mismos que lo que pueda ser cualquier "jefe", por motivador que sea. Las personas auto-dirigidas trabajan mejor que las que son controladas por sus "superiores".

La responsabilidad del desempeño debe ser del ejecutante

Para lograr el éxito en la organización de hoy se requiere que las personas quieran tener la responsabilidad de su propio desempeño. Existen dos dueños de la responsabilidad: quien ejecuta el trabajo correspondiéndole la del desempeño; y el líder, quien debe facultar al individuo para que  acepte su propia responsabilidad. Se faculta proactivamente: preguntando, organizando información para confrontar a la gente con la realidad, juntando a clientes y ejecutores a discutir los estándares del desempeño y a retroalimentar sobre el desempeño actual contra el estándar. Los líderes también tienen que dar soporte a las personas en sus necesidades y estar atentos para asesorarlos y ayudarlos cuando ellos estén preparados para aceptar y ejecutar sus responsabilidades. Los líderes no sólo pasan el balón y se marchan. Eso no es liderazgo, es abdicación. Como líder, mientras más responsabilidades se transfieren, más se poseen a la vez. La conversación es el vehículo utilizado para desarrollar la pertenencia; puesto que la mejor forma de comunicación no es en definitiva la escrita, ni tampoco pasar mensajes como si se lanzara un recado o una orden. En cada situación posible hay que enfocar las conversaciones en el aprendizaje sobre desempeño.

Para el líder facultar implica determinar la dirección, remover los obstáculos y desarrollar la pertenencia, pero teniendo cuidado de no conferir beneficios, aceptar que existen los errores y promover el aprendizaje a partir de los mismos; no se debe confundir con paternalismo. Se puede formar el "Club del Error del Mes", que estimule las discusiones sobre los errores cometidos y motivando el aprendizaje sobre ellos. Se debe exigir que cada quien realice su mejor esfuerzo, incluyéndose uno mismo. Lo único que vale la pena es lo que sentimos que nos ganamos mediante el trabajo; resulta sumamente difícil valorar lo que no nos ha costado. Adicionalmente, exigir el mejor esfuerzo es la única manera de estimular las acciones correctas auto-dirigidas.

El primer obstáculo que se debe eliminar para que la gente desee ser responsable es la definición del plan de carrera del personal, tomando como base lo que se espera de cada puesto y no lo que la persona siente que le puede ayudar a mejorar su desempeño. Se debe delegar la responsabilidad del propio plan de carrera apoyado por sus equipos de trabajo quienes, al conocerlo, podrán aportar ideas que lo mejoren y poner a disposición de los individuos los recursos necesarios para que lo puedan implementar. Este debe ser el principio de erradicación del concepto "amo-esclavo" y "padre-hijo", facultando (asesoría, preguntas y respuestas, entrenamiento, dirección y poder) para que cada quien asuma su responsabilidad, tome sus decisiones y evalúe sus riesgos; principalmente en lo que se refiere a su desarrollo personal y profesional y no subvaluando a la gente de acuerdo con la visión particular del jefe, similar a la de los padres de familia que deciden la carrera profesional del hijo. Paradójicamente, las épocas de recesión y crisis son las mejores para que la gente se capacite, teniendo la ventaja adicional de que esta actitud de desarrollo será vista como un símbolo de confianza en los individuos, en la compañía y en el futuro. En las organizaciones las personas obsesionadas con el aprendizaje son las que tendrán éxito.

La información otorga poder al equipo

Para poder asumir una responsabilidad y compartir los esfuerzos con los otros integrantes de un equipo de trabajo, es indispensable contar con información veraz y oportuna. Sin embargo, uno de los grandes obstáculos es el mal direccionamiento de la información; se mejora cuando se clarifica quién necesita que información. Resulta común querer bombardear con correos electrónicos a todo el entorno de la empresa (personal, proveedores, clientes), resultando ser la mejor manera de mantener desinformado. No hay nadie mejor que el interesado para saber qué información y control de la misma necesita. La tarea del líder es enfocar a quienes usan la información y ayudarlos a desarrollar el sistema que les permita obtener la que necesitan. Se requiere contar con información del presente que incluya datos de tendencias para ayudar a todos los miembros a planear lo que hay que implementar a largo plazo. Hay que desarrollar una buena "biblioteca" de información de fácil acceso para todos y cada uno de los miembros de la organización, de tal forma que se optimice la utilización del capital intelectual al procesarla en lugar de almacenarla. Las computadoras hacen accesibles datos a cualquiera; sin embargo, la información es muchísimo más que un conjunto o serie de datos, porque incluye entradas de juicio y parámetros subjetivos que hasta pueden estar ocultos en el cerebro. Precisamente por ser la información mucho más que la conjunción de los datos es que en las organizaciones se requiere descentralizar el acceso a los mismos para lograr que los equipos de trabajo sean más eficientes. Al dejar de utilizar la tecnología de información como un mecanismo de control que encarcela la libertad de actuar, se permite a los individuos crecer al aportar su juicio y experiencia al buen desempeño del equipo de trabajo.

Las noticias, sean buenas o malas, deben comunicarse siempre al momento de conocerlas. Posponer los problemas no los resuelve y, sin embargo, tener las noticias en forma directa y oportuna da confianza a las personas. No importa qué tan malas sean la noticias, siempre serán menos malas de lo que el personal se imagina. Es una realidad que cada individuo conoce, aunque sea instintivamente, la situación económica de la empresa y de su grupo de trabajo. En el negocio de distribución de computadoras de uno de los socios del despacho, el contador de la empresa se sorprendía que tanto él como la mayoría del personal sabían con bastante exactitud si en determinado mes se habían o no generado utilidades; y más aún, con una precisión mayor al 90% la gente sabía cuál era el resultado neto de los ingresos, incluyendo notas de crédito y descuentos. Es entonces un sinsentido procurar ocultarle a los empleados la información financiera y mantener centralizado el control y responsabilidad de la misma. La información financiera refleja la situación de la empresa. Hay que concientizar a los colaboradores sobre el valor de las mediciones financieras e informarles del resultado de sus acciones, hay que hacerlos responsables. La clave para la salud financiera es tener a cada persona tomando decisiones financieras como si fuese su propio dinero sacado de su cuenta de banco. Esto adicionalmente le otorga confianza a los individuos, le imprime velocidad a las decisiones, ayuda al desarrollo de la pertenencia de la responsabilidad y, aunque perezca incongruente, disminuye las posibilidades de fraude. La centralización de la responsabilidad y control del efectivo de las empresas es un proceso ineficiente y costoso. El éxito real está en ganarle a la competencia en la satisfacción de los clientes, para lo cual resulta indispensable que quien maneje la responsabilidad del negocio también maneje la responsabilidad financiera del mismo. Resulta importante que los reportes financieros enseñen todos los días las consecuencias financieras de sus decisiones. De esta forma se ven a sí mismos como el instrumento de su propio destino. Los números a monitorear semanal y mensualmente son: la razón circulante, el flujo de efectivo actual y proyectado, los egresos entre monto de pedidos, las cuentas por cobrar y las ventas entre capital de trabajo (activo circulante menos pasivo circulante), enseñando a todos los miembros del equipo lo que cada una de estas razones financieras representa y los valores objetivo del equipo de trabajo. Al delegar a los ejecutores la responsabilidad financiera de sus acciones y proveerlos de la información generada se evita la tradicional maquillada de información que existe en todos los corporativos.

Ocuparse de los asuntos con información y poder

La acción es la clave. Muchas situaciones exigen tomar acción aunque no se tenga claro el resultado. Hay que tener a la persona correcta realizando el trabajo correcto, y para lograr el éxito todos tenemos que ver cualquier cosa como una oportunidad que debemos afrontar, contando con la información necesaria y teniendo el poder requerido para su ejecución.

La primera acción en cualquier situación es la toma de decisiones, por lo que como líder se debe fomentar, respetando sobre cualquier otra idea, la razón de quien desempeña la operación. El mayor cúmulo de información formal e informal, consciente e inconsciente, sobre un área específica, la tiene sin lugar a dudas quien ejecuta esa operación, aunque el jefe anteriormente hubiese desempeñado a la perfección ese mismo puesto. Quizás a veces las personas no puedan o sepan cómo explicar sus razones, pero el beneficio de la duda se le debe otorgar a ellas, no al líder, quien debe permanecer más abierto que el ejecutor, cuando normalmente sucede lo contrario. Para poder tomar buenas decisiones, mejores que las que tomaría la cima de la organización, se requiere poseer la información y tener el poder. Ser líder implica asumir riesgos, que es lo que puede diferenciar a un líder del que no lo es. Los riesgos son inherentes a la vida, hay que calcularlos, conocerlos, aceptarlos, asumirlos y aceptar el riesgo de fallar, sin confundirlo con el miedo de fallar. El principal riesgo, entonces, que debe asumir el líder es la delegación de la toma de decisiones. Trabajar debe ser el placer de hacer lo que uno tiene que hacer, y para que realmente sea un placer, se debe evitar que las personas se quiten el cerebro en las mañanas para ponerse un casco programado por el jefe, pues es lo más desmotivante que puede pasarle a un ser humano. El jefe nunca tiene la razón en mi área de operación, por lo que como soy quien ejecuto debo discutir mi razón, defendiéndola sobre cualquier argumento, abierto a cualquier posible idea que mejore mi forma de desempeñar mi trabajo. El subordinado suele darle la razón al jefe, pues al final de cuentas es él quien decide su remuneración y como para todos, "cliente es aquel quien decide pagar o no pagar, quien saca de su bolsillo el dinero a cambio de los servicios o productos". Al continuar siendo el jefe organizacional quien decide las remuneraciones de los subordinados, seguirá siendo el único cliente, por más filosofía que se trate de inculcar de que el cliente tiene la razón. Si es difícil como líder renunciar al placer de "meter las manos", es más difícil aceptar la responsabilidad de los errores del seguidor y otorgarle a su vez reconocimientos por sus éxitos.

Cada persona debe ser responsable de sus propias decisiones; los problemas los debe solucionar siempre el responsable de ejecutar el trabajo y aprender de los errores. Hay que advertir que cuando el ejecutante busca que sea el líder quien le de la solución del problema, solamente está demostrando que no sirve para desempeñar esa posición dentro del equipo de trabajo. Sin embargo, siempre es permisible tener dudas y para solucionarlas se debe:
1.      Buscar la información que pueda ayudar a disipar la duda.
2.      Dar prioridad entre las opciones encontradas de acuerdo a costo/efectividad o urgencia.
3.      En muchas ocasiones se requiere de más de una idea, comentario o información para poder disipar la duda.
4.      El líder siempre debe estar dispuesto a ayudar a disipar las dudas, haciendo que se presenten varias opciones de solución a las mismas, tratando de no influir para que se decida en la que él piensa que es la mejor.

Como líder se debe otorgar poder, creer en la inteligencia de cada uno de los miembros del equipo de trabajo, desarrollar las habilidades de servicio y de solución de problemas, y delegar la responsabilidad del trabajo; permitiendo y casi estimulando que los individuos comentan errores, pero exigiendo que se obtenga siempre un aprendizaje del error por parte de todo el equipo.

Esto implica que tanto los individuos como las organizaciones se deben anticipar y desarrollar el cambio, cometiendo errores y aprendiendo de ellos. Se requiere que las personas que realizan el trabajo tomen la responsabilidad de mejorarlo, utilizando toda la información y experiencia de que puedan disponer. Los equipos de trabajo, entonces, ayudan a acumular ideas, información y experiencias con una buena comunicación. El mejor ejemplo que podemos tener de esta generación del cambio es la de 3M, mediante su diversificación por medio de las ideas de sus empleados.

La confianza incrementa la eficiencia. Tener confianza tanto en uno mismo como en su equipo hace que realmente el trabajo sea un placer, mismo que mantiene motivados a los individuos permitiéndoles éxitos tras éxitos. El éxito refuerza al individuo, por lo que la serie continua de éxitos (no sin errores) incrementa a su vez la eficiencia de todo el equipo de trabajo, llevando a sentirse cómodo al utilizar el poder otorgado para ocuparse en satisfacer a los clientes. Desgraciadamente, lo contrario también es cierto: perder continuamente o sentirse "ninguneado" o incapaz, hace que se pierda la confianza en sí mismo y el trabajo sea una tortura.


En conclusión, para poder tener éxito en esta sociedad del capitalismo intelectual se requiere tener la flexibilidad de adaptar las organizaciones y comportamientos para satisfacer las necesidades de la gente y no al contrario. Esto no  significa el tradicional reconocimiento al final de los reportes anuales de las organizaciones, en el que reiteradamente se menciona al personal como el activo más importante de las empresas. En el grupo Alfa en 1981 se mandaron imprimir fólderes en los cuales estaba impreso el logotipo del grupo con figuritas humanas, recordando que el personal era el activo más importante. En ese mismo año fue el despido masivo más grande del grupo regiomontano. La adaptación de las organizaciones se refiere a permitir, motivar, responsabilizar y, en general, facultar a los individuos de la empresa o equipos de trabajo para que en lo particular desarrollen su liderazgo, adueñándose y arrebatando la pertenencia de su responsabilidad. De ser así, no es necesario publicarlo en ningún documento.

No hay comentarios: